La demanda de Plata sobrepasa con creces su oferta.
14 de diciembre 2023Certificación Good Delivery de la LBMA
26 de enero 2024La plata es un metal dúctil y maleable. Debido a su blandura, lo normal es que se realice una aleación con cobre u otros metales. Dependiendo de la concentración del metal podemos hablar, general, de: plata fina (999), plata de 1ª Ley (925) o plata de 2ª Ley (800).
El sello o contraste en una pieza de plata es una pequeña impresión que se estampa en el objeto. Un distintivo que nos ayudará a identificar a su fabricante, la fecha aproximada de verificación y su procedencia. Las marcas han evolucionado a lo largo de los siglos, también influyen la zona geográfica donde se han hecho, las variaciones de letras, pueden cambiar los tamaños de los símbolos, o que una ciudad cambie de marca…ya que cada platero y también cada marcador, podía hacerse un punzón diferente al de su antecesor o también podían tener varios punzones. Existen cientos de sellos en piezas de todo el mundo, siendo Reino Unido y España donde más cantidad encontraremos.
La práctica común de sellar las piezas de plata comenzó en el siglo XVI, aunque se sabe que algunos plateros sellaban sus piezas desde antes (se han encontrado marcas desde el siglo XIV).
En España, con la restauración borbónica y la aprobación de la Carta Magna en 1876, se inicia la monarquía constitucional de Alfonso XII durante la que se llevan a cabo diferentes reformas de carácter monetario.
Son tiempos ya de plateros conocidos para el gran público como Pedro Durán, Luis Espuñes, Leoncio Meneses, Ampudia, Manuel Fernández Aldao y Manuel Malde López, nombrado proveedor de la casa real a principios de los años veinte.
Aparecen las indicaciones numéricas en milésimas por la adopción del sistema métrico decimal:
Según se concreta en la Ley de agosto de 1881, los artículos de plata deben titularse con los dígitos 750, 800, 900 y 916 para diferenciar los grados de pureza del material.
Tras la entrada en vigor del nuevo marco regulador, se produce un vacío legal que dura más de medio siglo y provoca una ausencia de controles en materia de marcaje.
Esta situación termina con la promulgación de la Ley y el Reglamento de 1934 / 1935 sobre la Industria y el Comercio de metales preciosos.
Aprobado durante la II República, establece dos punzones oficiales, el de 915 milésimas para designar la plata de primera ley y el de 750 para la de segunda ley y los objetos de peso inferior a treinta gramos.
El contraste gubernamental de garantía -representado por el pentagrama para el material más puro (‘elipse con el eje mayor vertical, en cuyo interior aparezca un pentágono estrellado y en la parte superior el número o distintivo del laboratorio ensayador’) y la estrella con cometa para la aleación menos noble (‘rectángulo con el lado mayor horizontal, con un cometa en el centro, en cuya parte inferior luzca un símbolo o dígito del marcador’)- deberá aparecer en todos los artículos de metal precioso que se ajusten a ley junto al del autor, necesariamente registrado en la Delegación de Industria.
Contrastes en la actualidad. El Real Decreto de 1988
Tras la publicación de la disposición republicana habrá que esperar hasta 1988 para que aparezca el Real Decreto que desarrolla la normativa estatal.
La ley, la proporción en peso en que el metal precioso puro entra en una aleación, se expresa en milésimas y se representa por un número de tres dígitos, 925 para la primera calidad y 800 para la segunda.
Siempre que el fabricante se ajuste a la norma, puede manufacturar piezas del peso que desee y también objetos con pureza superior a la establecida (999).
Igualmente, está autorizado a usar otras marcas o enseñas comerciales que hayan sido registradas siempre que su forma no induzca a confusión con las autorizadas y que sean ligeramente más grandes.
En cuanto a los punzones, se mantiene la obligación de mostrar el del artífice (fabricante / importador) y el oficial de garantía, que se estampara en segundo lugar y cercano al primero y cuya fabricación corre a cargo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Consiste en un rectángulo horizontal con la ley del metal y la contraseña del laboratorio ensayador formada por unas siglas diferentes según la comunidad en donde radique y el número asignado por el Estado.